El dicho “los ojos son la ventana del alma” es cierto, especialmente cuando se trata de los ojos de un bebé estadounidense.
Son profundos, inocentes y llenos de emociones. A través de esos ojos, somos testigos de su alegría, curiosidad y, a veces, incluso de sus vulnerabilidades.
A medida que crecen, sus ojos revelan su personalidad en evolución y el amor que reciben. Estos ojos nos recuerdan la inocencia universal de todos los niños y reflejan el potencial de amor y crecimiento que todos llevamos dentro”.